Se ha hablado y mucho este asunto, pero se puede hacer más De hecho, nosotros vamos a volver a la carga y vamos a poner a vuestro alcance más información sobre el orgasmo. Toda la información que tengamos en este sentido es poca y utilizarla de una forma conveniente puede lelvarnos a disfrutar del sexo a unso niveles que, tal vez, nunca hayamos podido alcanzar antes. Nos parece tan importante que aumentemos nuestro conocimiento sobre este aspecto de la vida sexual que vamos a contare más y más cosas sobre el orgasmo. Aunque, como siempre apuntamos, no hay nada que nos ayude más que la experimentación de las posibilidades que nos ofrece nuestro propio cuerpo.
Lo primero que hemos de tener en cuenta para conocer más cosas sobre el orgasmo es que nuestro cuerpo, cuando este se produce, se manifiesta con recciones físicas muy significativas. En diferentes personas pueden tenenr diferentes connotaciones, especialmente cuando se trata de diferentes sexos pero, en general, las características comunes son muy similares. En el caso del hombre, la eyaculación casi siempre va unida al orgasmo, aunque no tiene por qué ser así. También se produce una contracción del perineo que resulta bastante evidente. En el caso de la mujer, el clítoris reacciona retrayéndose. Otras zoans también se contraen, como el útero, el perineo y la vagina.
Resulta común a ambos sexos la aceleración del ritmo cardiaco y la dilatación de los vaoss sanguíneos Debido a esto, se produce un mayor flujo de riego sanguíneo y la cantidad de sangre que corre por el torrente sanguíneo es mayor. La secreción por parte del cerebro de una sustancia llamada endorfina es la responsable del la sensación de bienens tar y reláx que nos acompaña tras el orgasmo. En realidad, dado que cada persona, sobre todo en el ámbito sexual, es un mundo, no hay nada que resulte más eficaz para conocer más sobre elorgasmo que investigar las demandas de nuestro propio cuerpo. Una amplia investigación de campo en este sentido es la mejor forma de encontrar nuestro modo óptimo de alcanzar los límites del palcer. Eso, por supuesto, en el caso de que queramos ponerle límites al placer que no siempre tiene que ser una opción.