Ser el mejor amante no es fácil. Sin embargo, tampoco se trata de una tarea tan complicada como, a priori, podríamos pensar. Ligar, en el sentido de seducir a una mujer y compartir experiencias sexuales con ella, para algunos puede ser considerado un arte pero, en realidad, se trata, simplemente, de una habilidad que con el aprendizaje correcto y la práctica suficiente puede integrarse en los recursos de casi cualquier persona. Ser el mejor amante es algo que se puede aprender a conseguir.
Lo primero que tienes que aprender si tu objetivo en la vida pasa por se el mejor amante es a medir cada una de las palabras que salgan de tu boca, Cuando alguien dice algo sin ser muy consciente de lo que está diciendo está corriendo el riesgo de no ponerse en un buen lugar o, incluso, de molestar a quien le está escuchando. Por eso, resulta tan importante no decir nada que pueda ponernos en evidencia o molestar a la otra persona. Por el contrario, los halagos discretos siempre suelen ser bien recibidos. la palabra, cuando se es lúcido, puede convertirse en una aliada excepcional.
Otra cosa que no conviene cuando queremos convertirnos en el mejor amante es a exagerar e los juegos previos al encuentro sexual propiamente dicho. Lógicamente, resulta totalmente necesario encontrar un punto medio en este apartado. Tan malo resulta ir directamente al grano como alargarse eternamente en este tipo de actividades sexuales previas. La virtud, como casi siempre, se haya en el punto medio y todos nuestros esfuerzos deben ir encaminados a encontrarlos.
Cuando ya estáis inmersos en plena ceremonia sexual, el mejor amante, sin duda, además de pensar en su propio placer, cuestión absolutamente innegociable, no puede sino no dejar de pensar, en ningún momento, en el placer que precisa su compañera de juegos. Cubrir sus necesidades, al menos en este sentido, debe ser tan importante y estar tan presente en el juego como cubrirá las propias. apea ello, no dudes en realizar cuentas acciones resulten necesarias. El fin ultimo es que el lacee se multiplique en ambos sentidos de la relación.