El sexo altera el sistema inmune. Hasta hace bien poco, uno de las mejores técnicas para conseguir que una relación sexual acabase en embarazo era llevar a cabo una sincronización del momento de practicar sexo con los días de ovulación de la mujer. atendiendo a este criterio parece que las posibilidades de éxito en la búsqueda del embarazo deseado crecían de una forma muy significativa. Pero, como en todo, hemos avanzado. Una investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de la universidad de Indiana, Estados Unidos de América, ha aportado luz en este asunto. Desde ahora, el sistema inmune se convierte en el protagonista.
El equipo de investigadores, dirigido por el veterano Dr. Kinsey ha llegado a la conclusión de que la práctica del sexo, ignorando el ciclo biológico de la mujer, es capaz de provocar una serie de cambios en el organismo que alteran el sistema inmune y que favorece la concepción o, lo que es lo mismo, el éxito en la búsqueda del ansiado embarazo.
Importantes revistas del sexto de la medicina, tales como Fertility and Sterility y Physiology and Behavior, han publicado esta destacada investigación entre sus páginas, lo que le dará al estudio una difusión bastante importante, a juzgar por la categoría de las publicaciones. Sin duda, se trata de la resolución a una de las preguntas que, desde siempre, se han hecho los médicos. La respuesta, precisamente, está en la relación entre el sexo y el sistema inmune.
Otro de los consejos que generalmente se da a aquellas parejas que buscan la descendencia es que se dediquen a la práctica activa del sexo con toda la dedicación que puedan. Hasta este descubrimiento, no existía un conocimiento profundo sobre cómo podía ayudar a conseguir el embarazo la práctica sexual en los periodos, en teoría, no fértiles.
“Con el fin de protegerse a sí mismo, el cuerpo de la mujer necesita recursos para defenderse de los invasores extranjeros. Pero si se aplica esa lógica al esperma o a un feto, entonces no podría ocurrir el embarazo. Los cambios en la inmunidad que experimentan las mujeres podrían ser una respuesta a este problema”, explica Lorenz, uno de los responsables de este estudio.