El sexo de reconciliación, en algunas ocasiones, no es una buena idea. A todos nos ha pasado que hemos discutido por cualquier tontería con nuestra pareja. A todo nos ha pasado que, tras el enfado inicial, nos hemos dado cuenta de que, al fin y al cabo, la discusión era sobre algo totalmente trivial y que, en cualquier caso, quién tuviese la razón sobre esto en particular no era algo determinante para nada. A todos nos ha pasado que, en una situación similar a la descrita, hemos elegido el mejor vehículo para dejar atrás las asperezas: el sexo de reconciliación. Sin embargo, si bien es algo que, en muchas casos, funciona, hay algunas circunstancias en las que no resulta la mejor idea.
El sexo de reconciliación no es una buena idea, en absoluto, cuando uno de los dos integrante de la pareja sigue aún enfadado. Lo mejor es esperara a que ambos hayáis superado ya la fase de enfado. Cuando esto no sucede, en realidad, el sexo no sirve para sentirte más unido o unida a tu pareja ni será algo íntimo ni servirá para ninguno de los objetivos que nos habíamos planteado. En realidad, será un revolcón sin más.
Existe un circunstancia para la que se utiliza el sexo de reconciliación de una forma bastante habitual y, sin embargo, no resulta, para nada, recomendable. Se trata de aquellas circunstancias en las que es necesario sentarse a hablar porque hay una conversación importante pendiente. Sustituir una chata de pareja sobre el tema que sea y dejar que se enquiste a cambio de un polvo, no resulta, en absoluto, una buena idea.
Por supuesto, tampoco es una buena irnos al sexo de reconciliación cuando la idea de este tipo de encuentro sexual que tenéis ambos es diferente. Cuando esto sucede, uno de los dos suele pensar que el hecho de compartir experiencia sexual supone empezar de nuevo con todo solucionado, mientas que la otra parte suele pensar que, una vez concluido el encuentro sexual, es necesario comentar las cuestiones que nos preocupan para encontrar una solución.+ que os evite volver a pasara por una situación similar a la vivida.