¡Alto! ¡Prohibido penetrar! En realidad, muy bien no es que suene. Sin embargo, el petting es una de las prácticas sexuales más excitantes que puedan existir. El término, como cualquier buen observador habrá notado, es un anglicismo que vienen a definir todo tipo de juegos sexuales que tienen relación con las caricias y que omiten, voluntariamente, cualquier tipo de penetración. Si algo tienen de excitante este tipo de práctica, desde luego, es la vuelta a las caricias clandestinas de los primeros escarceos sexuales de la adolescencia.
Penetrar es una parte importante en una experiencia sexual peor, a pesar de reconocerle su importancia, sin ella también se puede disfrutar de un encuentro sexual totalmente satisfactorio. Recorrer el cuerpo de nuestro compañero o compañera de juegos eróticos mientras el nuestro es correspondido es, sin duda, una forma tremendamente excitante de disfrutar del sexo.
Sin duda, conocer el propio cuerpo y el de nuestra pareja nos ayudará a sacarle mucho más partido sexual a este tipo de iniciativa. Si nuestras caricias y las de nuestra oponente se encargan de estimular, una a una, las terminaciones nerviosas dispuestas a lo largo de nuestra anatomía, es imposible que no disfrutemos de este tipo de práctica. Las manos y la boca, principalmente, son las que habrán de encargarse del trabajo. Penetrar la vagina de la persona que nos acompaña no tiene por qué ser el único objetivo. Existen muchas poemas de disfrutar del sexo sin alcanzar el coito.
Siempre podemos ayudarnos de un buen número de objetos que nos ayudarán en la ardua tarea del descubrimiento de las sensaciones del cuerpo ajeno. El mercado ofrece un buen número de complementos eróticos que pueden sublimar el arte del sexo sin penetración. Plumas, fustas o vendas son sólo algunas de las posibilidades que, en cualquier tienda especializada, bien física bien online, podremos encontrar sin ningún problema.
Cualquier lugar es bueno para llevar a la práctica una buena sesión de sexo sin penetración. Sin embargo, una de las situaciones más morbosas que se pueden dar practicando esta experiencia es llevarlo a cabo semiescondidios en un lugar público. La excitación en esta situación puede llegar a lugares insospechados a priori.