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Las miradas en el sexo

Las miradas en el sexo son algo totalmente necesario. además, cuando se tienen muy presentes pueden hacer que la experiencia sexual transcienda a un mundo metafísico más allá del propio placer, convirtiéndolo, prácticamente, en algo espiritual. En la película «Vicky, Cristina, Barcelona», Penélope Cruz le reprocha completamente indignada a Javier Bardem que le ha sido infiel con la mirada. Las miradas en concreto, el lenguaje no verbal en general, puede ser capad e aportar más que una palabra, una frase o las obras completas de cualquier poeta romántico del siglo XIX.

Y es que las miradas pueden suponer un estímulo definitivo entre tu oscuro objeto del deseo y tú. Antes de que la ropa interior se desperdigue de forma aleatoria por el cuarto. De hecho, la manera de mirarse puede llegar a iniciar relaciones sexuales que hubiesen resultado totalmente insospechadas.En la mirada puede llegar a haber un calor que no se es capas de alcanzar con ningún otro órgano del cuerpo humano. Una mirada de deseo puede resultar más potente, sexualmente hablando, que cualquier otro impulso sexual.

Según determinados estudios, en el momento en que se cruzan las miradas de dos amantes durante el encuentro sexual, se puede llegar a producir una conexión que sincroniza tanto la respiración como el ritmo cardíaco. Sorprendente, ¿verdad? Estas circunstancias combinadas con el sexo tántrico puede provocar orgasmos de una intensidad mucho mayor que los conseguidos de la forma convencional.

Sin embargo, las miradas son diferentes según sean las circunstancias que rodeen a cada pareja de amantes. Una mirada puede ser romántica, otra, en cambio, puede tener un mayor componente más perverso y otras, por poner otro ejemplo, puede  tener más de deseo que de otra cosa. Lo único cierto es que las miradas adecuadas en el momento adecuado son capaces de encender la pasión sexual latente de una manera que ninguna otra cosa es capaz de hacer y, precisamente por ello, hemos de saber tenerlo muy en cuenta y valorarlo en su justa medida para, en la medida de lo posible, incluirlo en nuestras rutinas sexuales siempre que, claro está, lo que queramos sea mejorara nuestras experiencias.

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