El dolor de cabeza ha sido tradicionalmente una buena excusa para evitar mantener relaciones sexuales con tu pareja cuando, por algún motivo, las circunstancias animaban a hacerlo. Sin embargo, parece que para estas ocasiones habrá que buscarse otro tipo de excusas ya que, recientemente, se ha publicado un estudio llevado a cabo por la Universidad de Munster, Alemania, en el que se afirma que el mejor remedio contra determinado tipo de migrañas y dolores de cabeza en general es la práctica activa de sexo. De esta manera, hemos pasado de no practicar sexo porque nos duele la cabeza a que nos duela la cabes y debamos tener sexo para que nos alivie.
En muchas ocasiones, estamos hartos de verlo, las creencias populares no tienen que ver nada con la realidad científica de algo en concreto. En materia sexual sucede de forma muy especial. Son muchos los mitos relacionados con las prácticas sexuales que tenemos por ciertos porque siempre se han dado con ciertos y, sin embargo, antes o después aparece un riguroso estudio científico que se encarga de echar por tierra siglos de creencia. En el caso de la relación entre el dolor de cabeza y el sexo sucede exactamente eso. Durante mucho tiempo, el dolor de cabes era una excusa perfecta para no mantener relaciones sexuales y resulta que ahora conocemos que es la mejor forma de hacer que dichos dolores desaparezcan.
Parece que la eficacia del sexo contra el dolor de cabeza es todavía mayor que la que presentan un buen número de analgésicos de los utilizados con mayor frecuencia como, por ejemplo, pueda ser la aspirina. Le estudio se ha publicado en la prestigiosa revista Cephalagia, editada por la Socieda internacional de Cefalea. Para su desarrollo se ha seleccionado una muestra de personas con dolores crónicos de cabeza y se ha estudiado las reacciones de su organismo a diferentes estímulos, entre ellos, la práctica de relaciones sexuales. Los efectos del sexo en la inmensa mayoría de las personas estudiadas son, como ya es conocido, la mejora significativa, en algunos casos llegando a la desaparición absoluta, de las cefaleas.