Los pubis estaban poblados de frondosas melenas de pelo hasta hace no demasiado tiempo. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, el vello púbico ha caído en absoluta desgracia. Cada vez resulta más difícil encontrarse con la estética del pelmazo en el pubis. En contrarse a una chica joven con el pubis sin rasurar es una tarea prácticamente imposible. En realidad, parece que es un fenómeno que afecta especialmente a jóvenes de entre 18 y 25 años y que, pasada esa franja de edad, el fenómeno del vello púbico se convierte en, prácticamente, anecdótico.
La popularidad con que cuenta la depilación completa del pubis se debe a varios motivos. Parece que uno de los puntos con mayor peso a la hora de elegir esta opción pasa por complacer sexualmente a la pareja. Ahora resulta que los hombres se sienten más excitados cuando se asoman a un pubis completamente rasurado que cuando lo hacen a uno con pelos. Sin embargo, puede que esta apreciación no sea del todo cierta, y que, únicamente, estemos antes una copia de una tendencia propia del porno.
Tras la imagen ideal del pubis completamente depilado, se esconde una realidad que, como tantas veces, no resulta tan glamurosa. La mayoría de las chicas jóvenes que se depilan el pubis por completo recurren a la maquinilla de afeitar. El pubis, ante el ataque que sufren por parte de las cuchillas, quedan completamente salpicados de granitos de color rojo, ya que la pu¡idl púbica y de los labios vaginales es tan delicada como pueda ser la de los pechos, lo que la hace especialmente sensible a este tipo de agresiones.
Pero no todo acaba ahí. Al proceder a la depilación del pubis con maquinillas de afeitar, resulta muy común realizarse pequeños cortes a la altura de la glándula sebácea, justo en el nacimiento del vello, lugar en el que se pueden introducción bacterias con extrema facilidad con los problemas, por ejemplo, de infecciones que pueden llegar a generar. Por no hablar de los cortes más grandes que, de forma accidental, pudieran llegar a producirse en una zona, como ya se ha comentado, especialmente sensible.