¿Has oído hablar del teabagging? En la variedad esta el gusto en casi todos los ámbitos de la vida pero de forma muy especial esto sucede cuando entramos en el terreno sexual. Cada persona tienen sus gustos y, por lo tanto, cada uno disfruta con las cosas que quiere o puede. Los testículos pueden ser una fuente enorme de placer y el teabagging es una de las técnicas que se pueden utilizar para alcanzar el máximo placer posible.
Literalmente, teabagging significa algo así como remojar la bolsa en el té. Con un poquito de imaginación y entendiendo que se trata de una metáfora, la mayoría de los que no habíais oído hablar de esta técnica ya tenéis claro de qué se trata. Efectivamente, consiste, básicamente, en introducir en la boca de tu pareja los testículos mientras te está practicando sexo oral. La sensibilidad de la zona unida a la suavidad de los estímulos que proporciona el ambiente humero de la boca pueden llegar a suponer una verdadera bomba de placer.
La única opción para comprobar si el teabagging es algo que puede satisfacerte o no es probarlo. Es importante señalar que los testículos son una de las zonas de la anatomía masculina que mayor capacidad erógena tienen. El problema es que, al ser de las menos exploradas, cuando uno se aventura a hacerlos participar en la fiesta sexual, suele suceder que aparezcan determinadas molestias que restan magia a la práctica del sexo oral.
Resulta más que recomendable comenzar la exploración realizando suaves caricias en la zona cercana a la bolsa escrotal para, posteriormente, comenzar a lamerla. De esa manera aparecerán las primeras sensaciones placenteras y, por lo tanto, el cuerpo se relajará. Cuando esta situación se ha dado, es el momento de comenzar con el teabagging propiamente dicho, haciendo que tu pareja se introduzca los testículos completamente en su boca.
En ningún momento se debe olvidar que los testículos son una parte muy delicada de la anatomía masculina y que se deben extremar las precauciones para no causar daños que podrían resultar fatales. Resulta muy recomendable que los dientes no sean invitados al teabaggin.