El semen y las mujeres, por motivos más que obvios tienen una importante relación. Sin embargo, puede que por tabúes sociales o por determinados miedos no muy bien fundados, un buen número de ellas sienten algún grado de aversión ante el semen. Bien es cierto que existe otro buen número de mujeres que no tienen ningún tipo de problema entrar en contacto e interactuar con el semen de su pareja habitual. De hecho, las que así lo hacen pueden disfrutar de determinadas aportaciones que el semen realiza al bienestar físico de una mujer.
Como estamos ante un asunto delicado, es preciso dejar constancia, antes de entrar en materia, que el semen puede tratarse de un vehículo ce transmisión de enfermedades de carácter sexual, algunas de ellas muy graves como, por ejemplo, el VPH o el SIDA. Por lo tanto, en ningún caso debe entrarse en contacto directo con el semen de una persona de la que no tengamos la total seguridad que está libre de cualquier enfermedad que nos pueda transmitir por esta vía. En ningún caso hemos de entrar en contacto con el semen de un desconocido y, cuando se trate de nuestra pareja habitual, sólo hemos de hacerlo con el conocimiento real de que está libre de cualquier enfermedad que nos pueda contagiar a través de su esperma.
Hechas las aclaraciones previas necesarias, entraremos en materia comenzando por uno de los grandes beneficios que aporta el semen a la piel de la mujer. Se ha descubierto que el semen aplicado como una crema sobre la piel es capaz de ayudar a luchar contra las arrugas e, incluso, es capaz de mejorar las marcas del acné. Parece que estas propiedades del semen se deben a los potentes antioxidantes que contiene.
El semen también es un potente antidepresivo La felicidad y alegría que nos suele trasmitir la práctica sexual se debe, en gran medida, a este fluido. Cuando, además, entra en contacto con los vasos sanguíneos que se encuentran en la vagina, la acción es aún mayor, ya que está saturado de sustancias que mejoran nuestro ánimo como la oxitocina, serotonina o la prolactina.