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La Navidad y el sexo

La Navidad y el sexo están íntimamente relacionados, como no podía ser de otra manera. Tener tiempo libre, contar con un contexto alegre y festivo y los deseos contagiosos de estas fechas de transmitir felicidad son un inmejorable caldo de cultivo para que se fragüe el deseo sexual. Resulta evidente que la Navidad no sólo es un periodo en el que hacer regalos y recibirlos de nuestros seres queridos sino que también resulta una inmejorable época para el sexo. Cuando se trata de disfrutar del sexo en pareja, huir de la monotonía resulta totalmente imprescindible y no existe un mejor regalo navideño de una intensa sesión de sexo. No hay una mejor forma de disfrutar de las fechas navideñas que organizar concienzudamente unas sorprendentes sesiones sexuales con nuestra pareja. Por todo ellos, os vamos a recomendar algunas de las mejores posiciones sexuales para Navidad.

La fusión es una de las posturas más indicadas para la Navidad. Para realizarla correctamente el hombre ha de sentarse con el cuerpo inclinado un poco hacia atrás y con las manos apoyadas en su costado. Cuando todo está listo, la mujer ha de flexional sus piernas para pasarlas por encima de él. En ese instante habría de apoyar los brazos en el costado de los brazos de él. Una vez obtenida la postura, lo más indicado es dejar que fluya la pasión.

La postura del arco también es bastante recomendable en unas fechas tan señaladas como son la Navidad. Para lograrla correctamente, la mujer se habrá de colocar boca arriba, entreabriendo sus piernas y flexionándolas levemente. Una vez en esa posición, la mujer habrá de apoyar sis brazos detrás de sus hombros. La pareja ha de flexional las piernas y elevar sus caderas para, desde esta postura, comenzar la penetración.

Otra postura más que recomendable para el periodo de Navidad es la de la somnolienta. Para alcanzar esta posición la mujer ha de colocarse acostada sobre un lado y él habrá de ubicarse a su espalda. Una vez en esta poción, la mujer tienen que estirar la pierna sobre la que se recuesta para colocar la otra pierna sobre su cintura. La naturaleza se encargará de hacer el resto.

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