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El yoga y el sexo

La relación que existe entre el yoga y el sexo es verdaderamente estrecha. Parece lógico pensar que cuando nuestro cuerpo es capaz de relajarse para despojarse de los niveles de estrés acumulados durante la semana, nuestra capacidad para disfrutar convenientemente  del sexo es mayor. Precisamente, eso es lo que aporta el yoga a nuestra vida sexual. Nos dota de la capacidad para abstraernos del mundo que nos rodea para concertarnos en aquello que tenemos ante nosotros como si fuera lo único importante. aunque la relación entre el yoga y el sexo va mucho más allá, vamos a daros, a modo de adelanto, unas sencillas técnicas de yoga que contribuirán a mejorar vuestras experiencias sexuales.

En primer lugar, vamos a hablar de unos sencilla movimientos, conocidos como «gato-vaca» que consisten en arquear la espalda después de habernos arrodillado en el suelo con las manos apoyadas también en el suelo. El movimiento debe imitar al que realizan los gatos cuando parecen asustados. De esta manera ponemos en movimiento tanto la columna vertebral como las caderas. Cuando inspiramos debemos levantar la barbilla a la vez que inclinamos la cabes hacia atrás. El vientre debe empujar hacia el suelo mientras elevamos el coxis y contraemos los glúteos. Debemos mantener la posición durante unos segundos mientras miramos al frente. Pasados unos segundos, expiramos, relajamos los glúteos y volvemos a la posición de partida.

La postura de la cobra es otra de las técnicas de toa que va a permitirnos mejorar nuestra vida sexual. Es precios comenzar estirando nuestra zona pectoral. Las malas posturas adoptadas al sentarnos ante un ordenador y, por ejemplo, conduciendo, influyen de forma muy significativa en esta zona. Con las manos apoyadas en el suelo, hemos de estirar tanto el cuerpo como los brazos todo lo que sea posible. Una vez tengamos los glúteos relajados, hemos de tratar de pegar el pubis al suelo. Además de tonificar el abdomen convenientemente, esta postura nos ayuda a tomar conciencia de nuestra genitalidad.

El saludo al sol es un clásico del yoga y como cualquier ejercicio de esta naturaleza, también nos puede ayudar a mejorar nuestra vidas sexual. Se trata de un conjunto de posturas que, repetidas en el orden preciso, nos ayuda a mejorar el conocimiento que tenemos sobre nuestro cuerpo. Supone un importante refuerzo de nuestra parte delantera, así como una importante ayuda para mejorar nuestra flexibilidad.

 

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