A pesar de lo que se puedes llegar a pensar, el sexo en plena crisis, sigue presente en nuestras vidas y en nuestra sociedad. Y esto sucede a todos los niveles. Lo que sucede es que, de igual manera que el resto de aspectos relacionados con la forma de relación de un individuo con el mundo, se sienten afectados cuando el contexto socioeconómico es el propio de una economía en recesión durante un larguísimo, casi eterno, periodo de tiempo. De hecho, algunos expertos apuntan a que el sexo en plena crisis, evoluciona, o retrocede, según se vea, hacia unos hábitos más conservadores. Esto que resulta una evidencia en cualquier aspecto, llama la atención que también se de en materia sexual pero parece que es así.
Parece que cuando estamos atravesando una situación de incertidumbre económica, cuando los mercados azotan sus iras contra nosotros, nos volvemos conservadores en materias sexuales, buscando refugio y seguridad en la intimidad de nuestra alcoba. Parece que, por todo ello, las posturas sexuales más sencillas y habituales son las más utilizadas cuando nos refugiamos en el sexo en plena crisis.
Parece que, al contrario que sucede en la coyuntura que nos ocupa, cuando atravesamos épocas de esplendor económico, cuando las circunstancias relacionadas con los mercados económicos y financieros nos son propicios, buscamos situaciones más arriesgadas en materia sexual. La innovación y el deseo por experimentar situaciones nuevas nos mueven cuando el contexto es la tranquilidad económica. Sin embargo, cuando hablamos de sexo en plena crisis, la timidez y la ausencia de espíritu aventurero nos agazapa.
Es un hecho que la evolución de la sociedad, en materia sexual, ha sido muy destacada. No existe mayor enemigo para la sexualidad libre y sana que el moralismo que trata de imponer dogmas de todo tipo, especialmente en todo lo relacionado con el sexo. El adoctrinamiento, en este sentido, ha dejado de tener presencia en la sociedad, al menos, una presencia tan grande como había tenido hasta no hace demasiado tiempo. gracias a esto, la sexualidad del individuo puede relacionarse con el mundo de muy diferentes maneras, dejándonos descubrir patrones de comportamiento tan curiosos como el que relaciona la crisis económica con la búsqueda de la seguridad sexual.