Mucha gente piensa que las personas que llevan algún tipo de piercing lo lleva por una cuestión exclusivamente estética. Puede que, en algún caso, esto sea así, sin embargo, en la gran mayoría de las ocasiones, a la cuestión estética se le une otro tipo de motivación mucho más prosaica. Por supuesto, estamos hablando de sexo. En realidad, independientemente de la ubicación del piercing en el cuerpo, en casi todos los casos, hay intención de o bien de provocar o bien sentir sensaciones de placer, ya sea por su contemplación pasiva, sin más, o por su contacto activo.
Por supuesto, hay un tipo de piercing que, de una forma más clara, tienen una innegable relación con el sexo. Se trata del piercing genital. Cuando una persona muestra el suficiente atrevimiento y sentido del riesgo como para anillarse sus propios genitales, lo primero que ha de hacer, sin ningún género de dudas, es recibir toda la información necesario de mano de un experto para aclarar todas las dudas que, al respecto, le pudieran surgir. Una vez satisfechas todas las curiosidades que hayan surgido al respecto, llegara el momento de elegir qué zona perforar, qué tipo de piercing es el más adecuado para las expectativas generadas y cuál es el profesional en el que confiar para una cuestión tan delicada.
En el caso del piercing genital, hay que tener en cuenta que, en general, las complicaciones que se pueden dar son mucho mayores de las que puedan darse en otras zonas del cuerpo como, por ejemplo, la nariz o el ombligo. Si no se toman todos los cuidados necesarios se pueden producir un gran tipo de infecciones e, incluso, hemorragias importantes. No hay que olvidar lo delicada que es nuestra zona genital, tanto la masculina como la femenina, ni la posibilidad de infección que, siempre, se puede correr ante una intervención de este tipo. tampoco hay que descuidar la posibilidad de algún tipo de reacción alérgica que complique el proceso de cicatrización o, por qué no, una mala praxis que convierta todo el proceso en una tortura. Lo más importante de todo, una vez tomada la decisión, es ponerse en manos de auténticos profesionales.