Hay enfermedades que se curan con sexo. Al menos eso es lo que han revelado las conclusiones de un estudio desarrollado por la Universidad de Pennsylvannia. En el estudio, publicado recientemente, un gran número de especialistas sexuales han concluido que mantener relaciones sexuales con una frecuencia de, al menos, dos veces a la semana podría hacer desaparecer varios tipos de enfermedades. Podríamos estar sufriendo, pues, un buen número de enfermedades que se curan con sexo.
La base científica sobre la que se sustenta el hecho de que existan determinadas enfermedad que se curan con sexo está en el hecho de que el organismo, al mantener suals de forma periódica, libera un anticuerpo conocido como inmunoglobulina A o lgA. Su función es proteger al organismo del ataque de determinadas infecciones.
Las enfermedades más comunes de las que se curan con sexo son aquellas que precisan, para experimentar una sensible mejoría, altos niveles de este anticuerpo. Así, las migrañas, el colesterol alto, las depresiones no muy graves, el insomnio, la incontinencia o, incluso, determinados dolores articulares, podrían combatirse de forma eficaz aumentando nuestra ración semanal de sexo.
Pero los beneficios del sexo relacionada con la salud no acaban ahí. Los orgasmo son potentes relajantes físicos y emocionaos. Por lo tanto, no hay mejor antidepresivo ni más natural que el orgasmo. Cuando, además, teneos el hábito de mantener encuentros sexuales de forma periódica y frecuente, los efectos antidepresivos son, todavía, mayores.
Además de las enfermedades que se curan con sexo, tenemos otro buen número de motivos relacionados con nuestra salud para mantener encuentros sexuales frecuentes. El sexo es capaz de hacer que se libere testosterona. Esta sustancia previenen el envejecimiento prematuro de la piel y, además, protege huesos y músculos de diferentes enfermedades.
Está claro que un buen número de enfermedades no se curan con sexo. Sin embargo, sí pueden producir beneficios tan significativos que ayuden a mantener un mejor estado de salud. Por ejemplo, mantener sexo con frecuencia no evita tener un accidente cardiaco pero sí que limita sus posibilidades de tenerlo en un cincuenta por ciento. Cifra, sin duda, muy significativa.