El sexo en los probadores de cualquier gran tienda de ropa es algo que todos hemos probado, hemos presenciado muy cerca de nosotros o, por lo menos, hemos deseado hacerlo. Existen verdaderos expertos en el arte de mantener una intensa y rápida sesión de sexo en los probadores. Hay parejas que, de forma rutinaria, acuden a diferentes grandes superficies para, alimentados por el morbo de lo prohibido, avivar la llama del deseo practicando una intensa sesión de sexo en la escasa intimidad que proporciona un diminuto probador.
Pero la variedad de posibilidades que está llegando a alcanzar este tipo de práctica comienza a ser diga de comentario. Por ejemplo, existen personas a las que lo que les excita es esperar en los alrededores de los probadores con intención de detectar a alguna pareja que se disponga a introducirse en alguno de ellos para mantener sexo furtivo para, desde el probador contiguo, y con los gemidos y comentarios de la pareja, conseguir el nivel de excitación necesario para autocomplacerse a través de la masturbación.
Otra de las modas relacionadas con el sexo en los probadores es la búsqueda de chicas por parte de otras chicas que, a salto de mata, se dejen seducir para practicar sexo lésbico casual en los probadores. La historia consiste en esperar a que alguna chica solitaria esté a punto de meterse con alguna prenda de ropa en un probador. Es el momento que la cazadora de carne utiliza para, en apenas unos segundos, seducir a la otra chica para conseguir meterse con ella en el probador, ofreciéndole ayuda. Una mezcla de educación, ganas de evitar el escándalo y morbo hacen que, una vez dentro, la pareja consume su experiencia sexual.
También sucede entre hombres homosexuales. En este caso, aunque, finalmente el resultado sea el mismo, practicar seno en los probadores de cualquier gran almacén, la forma de proceder es muy diferente. En el caso de dos hombres, el encuentro se suele haber concertado fuera y ya se entra en el centro comercial que se haya acordado con la clara intención de consumar un encuentro sexual furtivo. En este caso, este tipo de encuentros suele darse entre un hombre de avanzada edad y otro bastante joven.