La hora de la siesta es el mejor momento para el sexo. Al menos eso es lo que opino en este momento. Es cierto que hay un montón de gente que prefiere el sexo mañanero, recién levantados, incluso sin llegar a levantarse, aprovechando la erección matutina. No es menos cierto que un gran número de personas prefieren las horas de la noche. Cuando el día acaba y podemos relajarnos por completo para dejarnos llevar. Sin embargo, a mí, en esta época del año me empieza a pedir el cuerpo sexo en la hora de la siesta.
Febrero comienza a despedirse y, con él, los últimos fríos Llegan los primeros rallos de sol de verdad. De esos que calientan cuando salen. Es cierto que aún no es primavera pero, la ganas de que llegue, se va vislumbrando en la gente que pasea por las calles y en ese mecanismo interior que tenemos todos nosotros. Y, para el buen tiempo, no hay nada mejor que una buena siesta. Y una buena siesta, sólo se puede mejorar si incluye un buen polvo.
No cabe duda de que la satisfacción sexual depende de una buena cantidad de factores. La elección del momento, por supuesto, es una de ellas. Se trata, fundamentalmente, de esas cosas que nos provocan las hormonas y en las que tienen que ver, entre todas cosas, nuestros ritmos de vida. En realidad, no es cosa mía sólo. Una gran cantidad de personas eligen la siesta como momento preferido para mantener relaciones sexuales.
En realidad, hay motivos casi científicos que avalan el sexo en la siesta como mejor opción. Por ejemplo, el sexo por la mañana tiene el inconveniente de la higiene. Si salimos de la cama para lavarnos los dientes, enjuagarnos con colutorio y ducharnos, parece que se va la magia. Además, por lo general, si bien los hombres suelen tener ganas, las mujeres no parecen mu predispuestas al sexo mañanero. El sexo en la noche tiene como principal inconveniente el cansancio acumulado de todo el día. Las preocupaciones y el agotamiento físico suelen ser malos compañeros de viaje para un agradable encuentro sexual.