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La rutina contra el sexo

La rutina mata. Al menos, mata las relaciones de pareja. Sucede cada día. Los problemas del trabajo, de la convivencia, de los niños y todos los demás problemas que nos podamos imaginar, de forma inevitable, afectan a nuestra vida sexual. Cada vez ponemos menos energías en preparar una velada sexual como nos merecemos. a esa dejadez que, según avanza la relación, va creciendo de forma inexorable la llamamos rutina. No hay nada peor para disfrutar plenamente de nuestra sexualidad que la rutina.

Por un lado se va perdiendo la pasión pero, por otro, nosotros hacemos todo lo posible por que así sea. Nos empeñamos en repetir los mismos lugares, las prismas posturas, los mismos horarios y los mismos pasos previos. La rutina, cada vez que esto sucede, se torta las manos. no hay nada que le guste más que destruir la vida sexual de una persona y nosotros solemos ser sus fieles cómplices.

Claro que también podemos revelarnos y plantar cara a la rutina. Para ello no es necesario armarse de valor sino, simplemente, ser conscientes de la situación y ponernos manos a la obra. Hay un montón de cosas muy sencillas que podemos hacer para combatir la rutina en la vida sexual con nuestra pareja. Con muy poco podemos hacer mucho para combatirla, sólo es cuestión de ponernos a ello.

Por ejemplo, para combatir la rutina podemos reservarnos un tiempo para el sexo. No esperar a que la situación lo permita. Pensar justo al contrario, las situaciones tendrán que apañarse sin nosotros durante este rato porque nos vamos a dedicar, con todos lo sentidos, al sexo. Si de verdad lo queremos hacer no resulta tan complicado buscar un espacio para poder dedicarnos a ello.

Otra de las cosas que aterra a la rutina es que disfrutemos de las situaciones eróticas. Es más, que las provoquemos cada vez que tengamos ocasión. Se trata de intentar erotizar nuestra relación de pareja. Provocar encuentros en la ducha. Regalar caricias eróticas mientras se realiza una tarea cotidiana, susurrar guarrerías al oído a la más mínima excusa o cualquier otra acción que nos permita mantener presente la erótica de la relación en cada momento.

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