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Nuestro defecto a salvo durante el sexo

Es normal que no nos guste enseñar nuestros defectos. Todos somos celosos de nuestra intimidad. Que el sexo sea un momento de intensa comunión no quiere decir que haya que mostrar todo. Resulta completamente lógico que queramos guardarnos para nosotros los pequeños defectos que somos conscientes que tenemos en neutro cuerpo. Este sucede de igual manera para hombres y para mujeres, aunque hoy nos vamos a ocupar de ellas. No tener un cuerpo perfecto no es motivo de vergüenza para nadie, por supuesto, pero de ahí a sacar nuestros pequeños secretos a la plaza del pueblo dista un largo trecho.

Las mujeres, especialmente, suelen tener un especial complejo con el exceso de celulitis. El truco para ocultar durante el sexo este pequeño defecto es sencillo. Consiste en ofrecer a tu acompañante una visión global de tu cuerpo. Por ejemplo, puedes tumbarte boca arriba en la cama con las piernas cruzadas y ligeramente incorporada apoyada en los codos. Las miradas de cualquiera se van a ir a tus pechos y a tus hombros. Nadie se molestará en buscar tus cartucheras. Si tu pelo es largo, déjalo caer por encima de los hombres. Nunca falla.

Otro pequeño defecto que les hace sentir incomodas a determinadas mujeres es tener un exceso de culo. Es cierto que a muchos hombres les gustan las mujeres culonas, pero no es menos cierto que es muy sencillo tapar esta característica durante una sesión intensa de sexo. Puedes ponerte tú encima de tu pareja. Tú dominarás la situación, tú marcarás el ritmo y los tiempos. Seguramente excitarás aún más a tu compañero, ya que estas actitudes dominantes les suelen volver locos y, además, pondrás tu culo a salvo de indiscretas e incomodas miradas.

La postura de la cuchara resulta completamente ideal si de esconder tripa se trata. Consiste en que ambos os tumbéis de costado contigo delante y ofreciendo tu espalda. Él se abrazará a ti tan pegado como sea capaz para rozarse todo lo que pueda en tu cuerpo. Tu cuerpo está listo para todo tipo de recorridos y tu tirita a salvo de miradas curiosas que te puedan hacer sentir incómoda.

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