La testosterona, como todos saben, es la hormona masculina que se encarga de desatar los impulsos sexuales en los varones. Es la que se encarga del desarrollo de los tejidos reproductivos masculinos, es decir, testículos y próstata y, también, de los denominados caracteres sexuales secundarios que, en el caso del hombre, son el incremento de masa muscular y ósea o el bello corporal. La testosterona, además de un esteroide anabólico, es, en definitiva, la principal hormona sexual masculina.
Todo esto no deja de ser información de sobra conocida. Sin embargo, la Universidad de Michigan ha publicado un estudio en el que se revelan datos hasta ahora desconocidos y que no dejan de ser sorprendentes. Las conclusiones afirman que existe una relación entre los altos niveles de testosterona en mujeres sanas y un mayor deseo por el acto de la masturbación.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores tomaron una muestra de 196 voluntarios. De los seleccionados, 105 eran hombres y 91 mujeres. Fueron interrogados sobre diferentes factores que influyen de forma significativa en la vida sexual de una persona. Así, se le pidió que valorasen, por ejemplo, el grado de felicidad o de estrés que sentían habitualmente. También fueron interrogados sobre la frecuencia con la que solían mantener sexo con su pareja, las veces que se masturbaban o, incluso, sobre con qué frecuencia sentían impulsos que les llevase a mantener relaciones sexuales o practicar la masturbación.
La investigación es de un valor incalculable ya que, hasta ahora, rara vez se han realizado estudios de este tipo en personas. En realidad, la mayoría de estudios sobre hormonas y deseo sexual realizados hasta la fecha han sido llevados a cabo utilizando animales. Otra fuente frecuente de investigación han sido los individuos, esta vez humanos, que han acudido a clínicas con niveles anormales de testosterona, por lo que han precisado recibir tratamiento Sin embargo, entre individuos sanos apenas se cuenta con información.
La conclusión más sorprendente de este estudio es, preceismanete, la que relaciona una mayor presencia de testosterona en la mujer con una mayor necesidad de mantener relaciones sexuales. Hasta ahora, creíamos que la testosterona afectaba, casi exclusivamente, al impulso sexual masculino.