El DIU se encuentra entre los diversos métodos anticonceptivos más eficaces que ofrece actualmente el mercado. Además, se trata de uno de los más valorados. Su nombre proviene de las siglas de dispositivo intrauterino. Actualmente existen dos tipos de DIU. Los dispositivos intrauterinos de cobre y los que están basados en la liberación de hormonas conocidos como progestágenos.
El funcionamiento del DIU es fácil de comprender aunque no se sea un experto en la materia. Este dispositivo hace que el cuerpo tenga una reacción defensiva ante un cuerpo extraño y, para defenderse, libera leucocitos y prostaglandinas. Estas sustacias destruyen los espematozoides, óvulos fecundados y cigotos. El DIU tiene una tasa de fallo menor al 1% , lo que resulta equivalente a la ligadura de trompas. Además de las ventajas anticonceptivas, parece ser que un estudio realizado por el Instituto Catalán de Oncología y el Institut de Recerca Biomédica de Bellvitge confirma que el DIU podría reducir hasta en un 50%, el riesgo de padecer cáncer de cuello del útero.
En este estudio se asegura que este dispositivo no sólo no aumenta las probabilidades de contraer el virus del papiloma humano, VPH, como en algunos tiempos se había especulado, incluso, llegando a convertirse en una creencia popular, sino que sucede todo lo contrario. En realidad lo que se ha observado es que las personas estudiadas que usaban DIU, a pesar de contraer el VPH, tenían aproximadamente el 50% menos de riesgo de que éste desembocase en cáncer. Se llegó, también, a la conclusión de que reducía en un 44% la posibilidad de desarrollar cáncer de células escamosas y un 54% el adenocarcinoma.
En estos estudios se constató que el DIU podía llegar a reducir casi a la mitad el riesgo de contraer un carcinoma de útero a lo largo del primer año de su colocación y que este efecto protector seguía prolongándose hasta diez años después de su implantación. Las teorías de los investigadores van encaminadas a que el DIU, al alojarse en el cuello del útero, actúa como un objeto extraño que desencadena una reacción inmunitaria que favorece cambios inflamatorios de la mucosa. Esto consigue que la infección por VPH se frene y no entre en las etapas más agudas.