El multiorgasmo es un buen tema para comenzar el año con optimismo. Con el nuevo año es conveniente que aflore lo mejor de nosotros mismos, que renovemos los propósitos. Por supuesto, en lo relacionado con el sexo también. Y nada mejor para que todo fluya que el optimismo y nada más optimista en sexo que el multiorgasmo. Sentir esta sensación puede llegar a ser realmente escandaloso. Sin embargo, en algunos casos puede legar a convertirse en una patología realmente molesta. Vamos a dar un repaso por sus características principales.
Pero, ¿qué es el multiorgasmo? Como su nombre sugiere, no es más que la sucesión de orgasmos en un pequeño periodo temporal. Vamos, correrse muchas veces en poco tiempo. Es probable que suceda de forma más habitual en lagunas mujeres que en hombres pero también están documentados casos de varones a los que les ha sucedido en alguna ocasión. Con frecuencia, cuando esto sucede la intensidad de los orgasmos va creciendo, siendo más intensos los que suceden al primero de ellos. Parece que es la acumulación de estímulos genitales la que provoca que esto sea así.
Las mujeres pueden, incluso, llegar a sufrir el llamando síndrome de excitación sexual persistente. Cuando esto sucede el multiorgasmo deja de ser divertido ya que esta patología se caracteriza por la sucesión de orgasmos durante un periodo de tiempo muy largo, lo que dificulta la vida diaria. En ese punto, por supuesto, la diversión no aparece por ningún sitio. Incluso se han llegado a documentar orgasmos permanentes durante un día completo, llegando a desarrollar una sensibilidad extrema.
Cuando el multiorgasmo aparece en el hombre, suelen sucederse los orgasmos sexos, es decir, aquellos en los que no aparece eyaculación. En algunos varones entrenados se da la circunstancia de que pueden masturbarse durante largas horas repitiendo un orgasmo tras otro pero no llegan a eyacular en ningún momento. En la mayoría de los casos en los que esto sucede se debe a un intenso entrenamiento en una serie de técnicas destinadas a alcanzar esta meta, sin embargo, unos pocos lo logran de forma natural desde sus primeras experiencias sexuales.