¿Puedes llegar a imaginarte el sexo sin llegar al orgasmo? Pues eso es el sexo karezza, lo último en técnicas sexuales para reforzar parejas.
Siempre decimos que en el sexo uno nunca sabe demasiado. De hecho las técnicas sexuales antiguas son recuperadas en la actualidad. Este es el caso del método karezza, cuyo origen se remonta a bastantes años atrás.
Como indica la palabra, el sexo karezza está basado en las caricias y su objetivo no es llegar al climax en sí, sino reforzar y fortalecer una relación de pareja que pasa por un mal momento y con ello ayudar a que vuelva el amor. El sexo karezza es un tipo de sexo más afectivo en el que aprendemos a controlar el orgasmo y así disfrutar del momento con tu pareja sin llegar al orgasmo, ése es el principal objetivo.
El sexo karezza es muy parecido al petting (sexo sin llegar a la penetración). Lo principal del método karezza es no centrarse en la estimulación de la zona genital, sino ayudar a que participen otras zonas erógenas y el cuerpo en general, para así tener un encuentro sexual bastante más intimo y relajado.
El tiempo y entrega para este método, el sexo karezza, son las palabras mágicas para que esta forma de entregarse a tu pareja sea más gratificante.
Y os preguntaréis ¿qué nos aporta el sexo karezza? Pues poder practicar sexo en el que los mimos, las caricias o los abrazos sean los protagonistas en nuestra relación de pareja y que estos encuentros lleguen a ser más gratificantes. Incluso nos pueden producir reacciones químicas que nos hacen tener esa buena cara que indica claramente que has tenido ese encuentro sexual tan gratificante y siempre esperado.
El sexo karezza no consta de ningún manual, simplemente requiere de que nosotros y nuestra pareja, nos dejemos llevar. Para que cuando llegue la hora de tener estos encuentros sepamos, dónde y cómo tocar. Haz que castigar al orgasmo sea gratificante haciendo que el romanticismo y la ternura sean los ingredientes principales.
Así que olvídate del “aquí te pillo aquí te mato” porque en el sexo karezza las prisas no son buenas.