Todos sabemos que entre los hombres y las mujeres existen un montón de diferencias. Vemos el mundo de forma distinta y reaccionamos ante cualquier aspecto de la vida de modo totalmente diferente. Y en lo referente a temas sexuales no es una excepción. Ante cualquier estímulo un hombre reacciona mucho antes que una mujer. En apenas 10 segundos, un hombre es capaz de tener una erección mientras que una mujer va a tardar el doble en conseguir excitarse. Sin embargo, ¿existen también diferencias entre ambos cuando consiguen un orgasmo? Te lo contamos.
Debemos saber que las diferencias que podemos encontrar entre los orgasmos de él y los de ella son principalmente debidos a un tema físico, ya que, los órganos sexuales de cada uno son diferentes.
Al llegar al orgasmo, el cuerpo empieza a liberar oxitocina. Ello provoca que se contraigan los músculos de la zona genital y de la pelvis. La diferencia es que a ellas se les contraen el útero y los músculos vaginales y a ellos, las vesículas seminales, los conductos deferentes y la próstata. Algunos estudios han comprobado que la intensidad del placer que reciben hombres y mujeres al llegar al orgasmo es la misma y que la describen del mismo modo.
Aun así, podemos encontrar un par de diferencia entre los orgasmos de cada uno.
Por un lado los hombres suelen eyacular durante el orgasmo. Aunque son procesos diferentes, se suelen asociar al mismo. Y aunque hay mujeres que consiguen eyacular, no se tiene en cuenta, ya que, suele ser poco habitual.
La otra diferencia es el periodo refractario. Como las mujeres no eyaculan, carecen de él y pueden conseguir varios orgasmos dentro de la misma relación sexual. Sin embargo, no todas las mujeres son multiorgásmicas y algunos hombres, con técnicas como el sexo tántrico, pueden llegar a conseguir varios orgasmos antes de eyacular. Pero, como el caso de mujeres que eyaculan, no es lo habitual y por eso se considera una diferencia.
Estas son las únicas diferencias que se han encontrado entre los orgasmos de hombres y mujeres. Ahora sabemos que tenemos algo en común, que es el modo en el que disfrutamos los orgasmos.