Tema delicado el de los hongos genitales masculinos. Complicado porque se trata de una afección sensible por varios motivos. Sensible porque la zona afectada es muuuuy sensible. Sensible también porque el posible proceso de infección o contagio es, cuando menos, de delicada explicación.
Además de las connotaciones que rodean a la zona implicada, la solución pasa, como en cualquier proceso de este tipo, por la correcta diagnosis del problema.
En todos los temas de salud, también en el de los hongos genitales masculinos, tendemos a autodiagnosticarnos. Y ciertamente, en este tema es bastante complicado, si lo comparamos con otras afecciones. Primero porque todo el mundo sabe lo que es una gripe, por ejemplo. Todos sabemos qué síntomas tiene la gripe. Dolor de cabeza, fiebre, malestar general, moqueo en la mayoría de los casos… Segundo porque todo el mundo más o menos sabe qué hay que hacer cuando tienes gripe. Todo el mundo lo comenta con todo el mundo. En casa, en el trabajo, en la puerta del colegio mientras salen los niños, en el bar… Comentamos lo que el médico nos ha recetado, que cada año suele ser siempre lo mismo, y las precauciones o recomendaciones que se nos hacen… que son siempre las mismas. Por lo tanto, sabemos qué tenemos y cómo se soluciona, o al menos, cómo se palían los efectos del asunto.
Pero con los hongos genitales el tema se complica. Porque el principal síntoma, que es el picor, es común a un número nada desdeñable de afecciones cuyo índice de gravedad es además bastante dispar, según de lo que estemos hablando.
En el caso del pene podemos sentir picor y enrojecimiento, simplemente porque estamos empleando un jabón irritante o por reacción al látex. Con evitar el contacto con la fuente de la irritación, asunto solucionado.
Como ejemplos de hongos, tenemos el pie de tleta, o la tiña. Se suele solucionar lavando con agua y jabón suave y alguna crema para aliviar el picor. Hay cremas anti-bacterianas y anti-hongos que nos ayudarían bastante.
Pero con el mismo síntoma de picor y enrojecimiento, tenemos enfermedades de transmisión sexual como el herpes zoster o la clamidia. Y éstos ya son otros temas.
Voy a ser original y os voy a recomendar que ante cualquier afección en una zona tan delicada y sensible, consultéis con un profesional. Un doctor en medicina… me refiero.