El otro día, navegando por la web, me encontré con un texto en el que se relataba la experiencia de varias personas con la denominada “mamada canadiense”. Me resultó curiosa esta categorización, lo que me hizo sentir curiosidad y me puse a indagar en el tema. Acabé leyendo varias experiencias que hablaban de esta, para mí, nueva modalidad de felación. Curioso el nombre: “ mamada canadiense”.
Como supongo que habrá mucha gente que, como yo, no conozca en qué consiste, trataré de explicaros su mecanismo y mi experiencia personal al respecto. Lo primero que llama la atención de esta modalidad es su nombre. “Mamada canadiense” es una expresión que, por más que he indagado, no responde a nada concreto.
Como su propio nombre indica, se trata de una felación pero, la peculiaridad consiste en que requiere de una mayor lubricación. Una mamada canadiense es algo sencillo en realidad. Se trata, simplemente, de aportar una gran cantidad de saliva al glande.
Después de descubrir una novedad del calibre de la mamada canadiense, parece lógico que me apetezca llevar el nuevo conocimiento teórico al banco de pruebas y me faltó tiempo para pedirle a mi pareja que llevase a la práctica los conocimientos teóricos recién adquiridos por mi parte y que, convenientemente, le trasladé. Suerte que tengo que ella, como yo, disfruta probando cosas nuevas.
En realidad, la experiencia no fue demasiado agradable. Ni para mí ni para ella. Puede que no recogiese toda la información necesaria, puede que las primeras veces la técnica no sea tan buena como para hacer disfrutar o qué se yo. El caso es que a mí no me proporcionó el placer que yo imaginaba ni de lejos. La verdad es que los primeros salivazos fueron realmente excitantes pero, después, para mi gusto había un exceso de baba. Para mi pareja llegó a ser extenuante. El intento de, llegados a unos niveles, seguir produciendo saliva fue una tortura en algunos momentos. La mamada canadiense no fue tan buena como pensábamos.
No sé si, con el tiempo, intentaremos repetir para perfeccionar la técnica. Nunca se sabe. Pero, a día de hoy, parece claro que esta modalidad de mamada no está entre nuestras preferidas.